Mi curriculum

No sé si os pasará a vosotros, pero siempre que leo mi curriculum me da la sensación de que le falta algo, que alguien que lo lea no sabe realmente cuáles son mis aptitudes. Por ejemplo, a la hora de enumerar mis experiencias laborales creo que el simple hecho de decir en qué he trabajado se queda corto, deberían pedir que enumeraras tres cosas que has aprendido en dichos puestos, en mi caso sería algo así:

– Profesora de clases particulares a niños de primaria: En este puesto aprendí cómo chantajear a un niño para que estudie algo que cree inútil, que soy capaz de enseñar, y que soy muy buena a la hora de poner ejemplos para explicar conceptos.

– Niñera: En este puesto aprendí lo solo que se siente un niño cuyos padres trabajan gran parte del día, lo difícil que es acostar a un niño de 6 años, y que el niño que tiene más juguetes no es siempre el más feliz.

– Camarera en un restaurante italiano: En este puesto aprendí a tratar con personas que se pasan con la bebida durante la cena, a aguantar con una sonrisa que un cliente me diga que alguien se hace camarero porque es un trabajo fácil, y que soy capaz de escuchar el mismo disco de Eros Ramazzotti durante 4 horas seguidas sin que me explote la cabeza.

– Redactora en un blog comercial: En este puesto aprendí a decir de diferentes formas lo mismo sin que suene repetitivo, a buscar cosas originales en el rincón más profundo de internet, y que hay empresas muy agradecidas que regalan cosas cuando hablas bien de ellas (hasta entonces pensaba que eso sólo le pasaba a los grandes gurús de internet).

– Profesora de clases extra-escolares de informática en un colegio de inserción social: En este puesto aprendí que cuando un niño se pelea en clase no siempre hay que dar parte a los padres porque puede suponer que reciba una paliza al llegar a casa, que el pegar a otros en muchos casos es una forma de autodefensa, y que hay muchos niños que en un profesor buscan a alguien que les escuche, y soy buena haciéndolo.

– Azafata de eventos: En este puesto aprendí a estar horas de pie con tacones sin llorar, que la gente suele contestar con un instintivo «No, gracias» cuando le ofreces un flyer sin molestarse a escuchar de qué es, y qué es una coleta «relamida» (una coleta en la que te coges todo el pelo hacia atrás con gomina, tiene que estar tan tirante que pases días con dolor de cabeza).

– Monitora infantil (Duende, paje real y reclutadora de agentes secretos): En este puesto aprendí a sonsacar información sobre qué quieren que les traigan los reyes magos para después chivarlo a los padres sin que se dieran cuenta, que no cuidamos lo suficiente la inocencia de los peques, y que soy capaz de inventarme mil historias y juegos diferentes para mantener sentado a un grupo de niños.

– Auxiliar administrativo contratada en prácticas: En este puesto aprendí que cuando te preguntan si sabes hacer algo a veces es mejor decir que sí y después aprender a hacerlo, que aunque seas una persona sincera es muy útil aprender a mentir (sobre todo por teléfono), y a ser muy organizada hasta el punto de no poder vivir sin una agenda.

– Secretaria en un despacho de abogados: En este puesto aprendí que las personas que más tienen son a las que más les cuesta dar, a tragarme mi orgullo y dejar que me griten por algo de lo que no tengo culpa sin rechistar, y a no tomarme de forma personal cosas que no debo.

Y tú? Qué has aprendido en tu experiencia laboral?

3 pensamientos en “Mi curriculum

  1. Realmente, esto sí sería un buen currículum, y no la mera formalidad a la que estamos acostumbrados. Dejaría claro lo que puedes hacer y lo que no, lo que quieres… Otra interesante forma de verlo. Me encantó el post, ya te lo dije, pero al fin por aquí se puede dejar el comentario, YAY! 😀

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